miércoles, 13 de febrero de 2013

LA TRAGEDIA DEL CABEZO DE SAN PEDRO

LA TRAGEDIA DEL CABEZO DE SAN PEDRO

 

            A las seis de la mañana del día 12 de septiembre de 1956, un espantoso estruendo despertó a la ciudad de Huelva, especialmente la zona que comprendía las calles Aragón, Ginés Martín, La Palma, Ruíz Velez y colindantes. Rápidamente, la gente se agolpó en las calles preguntándose la causa del infernal ruido, pero uno de ellos, D. Antonio Rengel, practicante de la Renfe y durante muchos años del equipo de futbol Recreativo de Huelva, que vivía en la calle Aragón, número 7, al asomarse contempló horrorizado como apenas diez o doce  metros frente a él, una serie de casas se hallaban destruidas y sepultadas por toneladas de barro y bloques gigantescos sobre ellas, causantes indudables del desastre. Próximo a la hecatombe vivía el Delegado Provincial de Auxilio Social, el camarada Santos López Martos, que al darse cuenta de la magnitud del espectáculo desgarrador que a su vista se ofrecía, lo puso en conocimiento del Gobierno Civil. Al instante, comenzaron a llegar los bomberos, la policía local y nacional, la Cruz Roja y 300 soldados del Regimiento de Granada número 34 que empezaron a retirar piedras y barro y, sobre todo, a la búsqueda de los moradores de las viviendas siniestradas. Las ruinas correspondían a ocho pisos, cuatro en la planta baja y otros cuatro en la alta, numerados con el número 12; también las número 10 y 8 habían resultado bastante afectadas. En resumen, el cabezo de San Pedro se había desplomado sobre ellas.

    Los trabajos de  descombro y rescate, arduos y peligrosos, y la evidencia de la catástrofe empezó a sacar a la luz imágenes trágicas de cadáveres, heridos, llantos y gritos. D. Antonio atendió inmediatamente a los heridos, alojándolos en su casa, a la espera de que fueran trasladados al Hospital Provincial (después Universidad) situado en la plaza de la Merced.
   Mientras tanto, al lugar acudían las autoridades locales: el Gobernador Civil don Manuel Valencia Remón, Teniente Alcalde por hallarse ausente el titular, don Antonio Segovia Moreno que al enterarse de la noticia se puso inmediatamente en camino; el Deán de la Catedral don Julio Guzmán López, de la Diputación y demás organismos.
   El recuento de las víctimas no podía ser más doloroso: trece muertos y diez heridos, que fue, casi unánimemente, la portada de la prensa local:

SENTIMIENTO EN LA CIUDAD
El desprendimiento de un cabezo en la calle Aragón produjo numerosas víctimas
Los muertos se elevan a trece y los heridos diez, cinco de ellos graves

Los muertos fueron:
   Ricardo Vilches Salas (35 años de edad).- Esperanza Alza Carrasco (38).- Quiteria Hernández Pérez (31), que murió aplastada abrazando el cadáver de su hija, María Román tratando, inútilmente, de salvarla.- Josefa Morales Salguero (15).- Petra Pérez Asencio (84).- Antonia Morales Pérez (55).- Rafael Morales Pérez (46).- María Luisa Carrasco Camacho (72).- Francisco Mojarro Ronda (58).- Juan Albujar Ceballos (8).- Antonia Alza Barranco (45).- Adela Carrasco Mojarro (27).- María Román Hernández (1 mes).

            Heridos graves:
   Rafael Martos Orta (52).- Faustino Cardoso Tebas (38).- Antonio Orta Pérez (72).- José Albujar Ceballos (10. Alumno del Colegio de Ferroviarios).- José Román Pérez (42).

            Heridos leves, salvo complicaciones:
   Encarnación Salas García (66).- Lorenza Ceballos Sánchez (46).- Dolores Martos Orta.- Pedro Vilches Salas (40).

   También sufrieron heridas los bomberos José García Báez y Rodrigo Aguallo Toledo, así como el soldado Andrés Orden Polvillos.
   Llegado el alcalde a la ciudad, ordenó el desalojo de las casas situadas en la acera (derecha) bajo el cabezo, especialmente las números 10 y 8, así como el anuncio de que el Ayuntamiento ofrecerá acogida a los desalojados y se hace cargo de todos los gastos que ocasionen los servicios funerarios, enterramientos, y sepulturas gratis por 20 años.

NOTA DE LA ALCALDÍA

Se invita al comercio que paralice sus actividades a partir de las 11,30 de la mañana.
Con motivo del luctuoso suceso ocurrido en el día de ayer, que costó la vida a trece vecinos de esta ciudad, cuyo  sepelio se efectuará hoy a la una de a tarde, y con el fin de que el de Huelva pueda asociarse a tan cristiano deber, esta Alcaldía ruega a la Industria y al Comercio paralicen sus actividades a partir de las once y media de a mañana, invitando igualmente a todos los vecinos para que asistan a la conducción de las victimas a su última morada.
El Alcalde: Antonio Segovia Moreno.

 La capilla ardiente se instalo en el Hospital Provincial, y a la una de la tarde se puso en marcha el fúnebre cortejo que recorrió la plaza de la Merced, continuando por el paseo de Buenos Aires (popularmente llamada Cuesta del Carnicero), San Andrés, San Pedro, Jesús de la Pasión (antes calle Silos) y San Sebastián, finalizando en el cementerio de La Soledad.
   Acompañaron los féretros más de 30.000 personas, prácticamente Huelva entera, y todas las autoridades, el Gobernador Civil representando al Ministro Secretario del Movimiento, don José Luis Arrese, y, en persona,  el Capitán General de la 2ª Región Militar, el General Sáenz de Buruaga.
   Se abrió una colecta para ayuda a los damnificados a la que no sólo respondió pródigamente la población, sino también de distintos pueblos de España.

   En el cabezo de San Pedro, dominando la ciudad, se levantaba el castillo de los duques de Medina Sidonia, donde nació doña Luisa Francisca de Guzmán que fue reina de Portugal. El castillo resultó seriamente dañado por el terremoto de Lisboa en 1755 y el posterior bombardeo de las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia, destruyéndolo casi totalmente,  originando su abandono y del que sólo quedan algunos restos. En el antiguo escudo de Huelva aparece dibujado el castillo.






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