Alberto Casas.
A finales del siglo I d.C., el
llamado clan hispano ocupaba los
puestos claves de los negocios públicos y políticos de Roma, en los que
ejercían su gran poder e influencia, y son los que se conjuran para asesinar al
emperador Domiciano y poner en el trono al anciano general Marco Coceyo Nerva, al que nombran emperador, comenzando
con él la dinastía de los “Antoninos”.
El clan estaba formado, principalmente, por
los hispanos Annio Vera (abuelo del emperador Marco Aurelio), L. Dasumio, Urso
Severiano que mandaba las legiones de la Germania Superior ,
Licinio Silvano Graniano, Mario Prisco, Minicio Natalis, C. Pedanio, Cornelio
Nigrino, Trajano padre, la sevillana Fabia Hadrianila que dejó un legado de
50.000 sestercios pata atender a los más necesitados, los poetas Marco Valerio
Marcial, natural de Bilibilis (Calatayud) y Marco Fabio Quintililiano, de
Calagurris (Calahorra), a quien se llamó gloria
del foro romano, supremo moderador de la inqueta juventud; fue maestro de
Tácito, Plinio el Joven y Juvenal.
Entre los personajes preeminentes del grupo estaban tambiém Marco Ulpio Trajano,
futuro emperador, su sobrino Publio Elio Adriano, que mandaba las tropas
acantonadas en Panonia, y el senador, tres veces cónsul, Lucio Licinio Sura, hombre riquisimo y de gran
autoridad que era el que realmente movía los hilos sociales de la poderosa camarilla;
se discute si era de Itálica (Sevilla), fundada por Escipión el Africano en el 206 a .C., o de Tarraco (Tarragona),
donde aún se conserva el Arco de Bará
que él mandó construir; de la notoriedad que alcanzó, nos da una idea que
podamos contemplar su figura esculpida al lado del emperador en la Columna de Trajano,
levantada en el Foro Romano. Bajo su influencia y consejo logró que Nerva, de setenta años de edad, adoptara
a su gran amigo Trajano para que le sucediera. Nerva estuvo dos años (96-98) en
el poder, y de su reinado se conservan muchos documentos e inscripciones como
el procurator metallorum hallado en
Río Tinto (Huelva).
Trajano (98-117), nacido en Itálica (Sevilla), casado con Fabia Plotina, natural de Itucci, la actual Escacena (Huelva), gozaba de un gran prestigio y había sido cónsul y gobernador de
Entre las obras de
Trajano se encuentran la apertura de la vía que comunicaba Olisipo (Lisboa) y
Onuba (Huelva), la ampliación y mejora de la Vía de la Plata , deformación del latín Delapidata (camino empedrado, enlosado, etc.), y la construcción
sobre el río Tajo, en el año 106, del puente de Alcántara (Cáceres), obra del
arquitecto Cayo Julio Lacer que dejó una inscripción con la leyenda en la que
se lee que durará tanto cuanto el mundo
durare. Trajano fue proclamado optimus
princeps, y a raíz de su muerte el Senado consagraba a los nuevos
emperadores con la fórmula sé tan
afortunado como Augusto y tan virtuoso como Trajano.
Como estaba
previsto, le sucedió su sobrino carnal P. Elio Adriano que reinó desde el año
117 hasta el 138. Una de sus preocupaciones era la de nutrir su ejército con soldados
hispanos, organizar la explotación de las minas de la región occidental de la Bética , impulsar su
agricultura y embellecer sus ciudades. Esta preferencia puede deberse, según la
mayoría de los historiadores, a que su lugar de nacimiento fue Itálica. Era
hijo de la aristócrata gaditana Paulina y se casó con la también gaditana Vibia
Sabina, sobrina de Trajano. Además del latín, hablaba y escribía el griego y
era un experto en cuestiones de arte y arquitectura. A los quince años lo
mandaron desde Roma a Itálica para estudiar en un collegium inventum en el que estuvo tres años, y
entre sus maestros se encontraba el gran sabio y científico Moderato de Gades.
Fue un gran viajero, visitando la Britania en la que
levantó una gran muralla, parte de la cual aún se conserva y que lleva su
nombre; estuvo en Mauritania llevando tropas hispanas, que se mencionan en las
monedas: exercitus hispanus, y en el Oriente
Medio sofocó la rebelión de los judíos liderada por Bar Korba el Hijo de la Estrella al que
muchos lo aclamaban como el Mesías. Pero su apego a Hispania lo demuestra el hecho de que en Roma nombró a
23 senadores hispanos, y él mismo, en las monedas y otros documentos, se títula
Restitutor Hispaniae.
De su labor legislativa se encuentran
Los historiadores
han calificado el reinado de los españoles Trajano y Adriano como la Época
dorada del Imperio Romano y de los Buenos Emperadores.
Aurelio Victor, en su Historia
de los Cesares, escribe: ¿Quién más
divino que Trajano?, ¿Quién más excelente que Adriano?
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