Alberto Casas.

Cneo Pompeyo (106-48) desde muy joven se distinguió por sus éxitos en campañas militares que le dieron popularidad y acceso a la vida política formando con Craso, el vencedor de Espartaco, y Cayo Julio Cesar el Primer Triunvirato. En el reparto de poderes, Pompeyo llegó a ser prácticamente el dueño de Roma, encontrándose, en el año 56, con un gran desabastecimiento de la capital y regiones vecinas, amenazadas de hambruna
Encargado Pompeyo de la organización y dirección del avituallamiento de Roma, envió legados y amigos a muchos lugares. Él mismo se embarcó hacia Sicilia, Cerdeña y Libia, procediendo a la recogida de cereales. Iba a dar la vela para la vuelta a tiempo que soplaba un recio viento contra el mar; y aunque se oponían los pilotos, se embarcó el primero, y dio la orden de levantar el ancora diciendo: “navegar es necesario, no es necesario vivir”; y habiéndose conducido con esta decisión y celo, llenó, favorecido de su buena suerte, de trigo los mercados, y el mar de embarcaciones, de manera que aùn a los forasteros proveyó aquella copia y abundancia, habiendo venir a ser como un caudal que naciendo de una fuente alcanzaba a todos. (Plutarco: Vidas paralelas.- Pompeyo).

Para Pessoa, la acción de Pompeyo significa que vivir no es necesario, lo necesario es crear, y para Luis de Camoens en Os Lusiadas (Canto VI), la cuestión vital de la humanidad no se resume en el hecho de vivir, sino vivir por una causa:
Que es necesario que acaezcan cosas como estas
para que los hombres se conozcan y muestren por lo que son.
Que en ellas, y no en la Corte entre damas,
se muestra el valor y ánimo de cada uno.

Vivir no es necesario, necesario es el conocimiento.
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